El bestiario de Axlin (Guardianes de la Ciudadela 1) by Laura Gallego

El bestiario de Axlin (Guardianes de la Ciudadela 1) by Laura Gallego

autor:Laura Gallego
La lengua: spa
Format: epub
ISBN: 9788490439753
editor: 2018


20

Xein cumplió su palabra y no volvió a llevar a Axlin de excursión, pese a que ella se lo pidió en varias ocasiones. Su relación, no obstante, siguió avanzando paso a paso, día tras día. Compartieron más besos, caricias y confidencias, buscando momentos de intimidad lejos de la reprobadora mirada de Kinaxi.

Axlin se sentía como en una nube. La atracción que había experimentado hacia Xein en un principio estaba evolucionando hacia un sentimiento más intenso, y empezaba a sospechar que también bastante más profundo, hasta el punto de que comenzó a desear que el día de su partida no llegase nunca. Sin embargo, Draxan no tardaría en regresar al enclave y ella tenía que tomar una decisión.

De mala gana, ambos abordaron la cuestión a tres días de la llegada del buhonero.

—Ojalá no tuvieras que marcharte —dijo él.

Axlin suspiró y se acomodó entre sus brazos. A aquellas alturas había considerado ya todas las opciones: continuar su viaje a la Ciudadela, establecerse definitivamente en aquella aldea o dejar pasar más tiempo y marcharse más adelante. En aquellos momentos, la idea de despedirse de Xein le resultaba insoportable.

—¿Por qué no vienes tú conmigo a la Ciudadela? —le preguntó ella.

Él sacudió la cabeza.

—No puedo dejar aquí a mi madre.

—Pues que venga con nosotros. Podemos establecernos allí los tres. Dicen que no hay monstruos, que es el lugar más seguro del mundo. Más incluso que la Jaula.

El chico vaciló.

—Me gustaría —admitió, despacio—. Pero ella no quiere ni oír hablar de la Ciudadela. Dice que no es lugar para nosotros.

A Axlin le costaba comprender que una madre pudiese tener tanta influencia sobre su hijo prácticamente adulto. En el lugar del que ella venía, los jóvenes eran miembros responsables de la comunidad desde edades muy tempranas.

—No entiendo por qué la obedeces siempre —objetó—. Es tu vida, son tus decisiones. Además, ¿cómo sabe ella tanto sobre la Ciudadela si no la ha visitado nunca?

—Sabe muchas cosas —la defendió Xein—. Más de las que piensas. —La miró fijamente—. ¿Quieres que te cuente lo que pasó la noche en que los monstruos destruyeron esta aldea? —le propuso de pronto.

Axlin le sostuvo la mirada.

—¿Quieres contármelo por fin?

Xein dudó un momento; después se encogió de hombros y dijo:

—Los lenguaraces salieron de lo profundo del bosque y se acercaron a la aldea por la noche. Engañaron a los centinelas y los obligaron a salir. Ellos solían llevar tapones en los oídos durante sus guardias, pero hubo uno que no se los había colocado bien, y los oyó. Parece ser que convenció a los demás para que se los quitaran también y salieran de la aldea solo para asegurarse de que las voces no eran reales.

»Los mataron a todos. Pero lo peor fue que se habían dejado la puerta mal cerrada al salir.

Axlin inspiró hondo. Había escuchado muchas historias terroríficas sobre monstruos que asolaban aldeas, pero todavía la impactaban profundamente.

—Sin embargo, no fueron los lenguaraces los que acabaron con este lugar. Ellos ya tenían suficiente con los centinelas. No; los que se aprovecharon del descuido fueron los rechinantes y los crestados.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.